lunes, 15 de febrero de 2016

VENCER A LOS PROPIOS MIEDOS

VENCER  A LOS PROPIOS MIEDOS

Por Simeón Hidalgo Valencia (15 de Febrero de 2016)



-Pudiera formar parte de las imágenes labradas en los canecillos de la iglesia que estamos levantando. Pudiera representar al rey maligno de la noche o ser el símbolo de la sabiduría y del conocimiento.

Su deformado rostro les inquieta y aviva, a la vez, los propios miedos y temores que atenazan a las gentes de la aldea medieval. Pero hay que ser muy sabio y tener clarividencia para distinguirlo y ya no hay sabios ancianos en la aldea. Ellos mismos tienen que decidir. 

Tampoco se atreven a salir de las fronteras conocidas y emprender viaje a la próxima aldea. Saben que es toda una aventura peligrosa y más teniendo que atravesar ese bosque impenetrable en el que seres de otros mundos viven ocultos a la espera de la presa humana. Los mismos árboles toman vida y los largos y huesudos dedos de sus manos atrapan y no sueltan la presa.

De poco les valen los rezos, signos en la frente y aspersiones de los frailes para conjurar el mal o los amuletos que se cuelgan al cuello, porque los temores son innatos y todo lo desconocido es, en su mente, más potente que las aguas bendecidas.

Los espíritus del mal rodean a cada miembro de la aldea intentando apoderarse de su espíritu para devorarlos y transportarlos en sus vientres al mundo de la noche y las tinieblas, ese mundo infernal que tantas veces habían escuchado describir a los sabios ancianos en la plaza, al calor de la hoguera. Una otra realidad más allá de lo conocido donde seres de rostro deforme, feos, rabilargos, cornudos, malvados, viciosos y maltrechos, diablos los llamaban, serían sus nuevos amos.

-Mejor será permanecer en la aldea y buscar una solución a manera de sortilegio. Ellos o nosotros. Ya que hemos capturado a uno de los suyos escondido en el árbol que los leñadores han bajado del monte sirvámonos de él para librarnos de los demás. Demostrémosles que no les tenemos miedo. Cuando se acerquen a nuestros hogares verán lo que podemos hacer con ellos al exponerlos a la luz del día.

Toman una decisión y son las mujeres las que llevan la voz cantante. No quieren perder a ninguno de sus hijos, pues ellas los llevan en su vientre para traerlos al mundo de la luz.

-Que el mejor de nuestros canteros talle el rostro de este ser maligno con rostro más maligno aún y coloquémoslo bajo el alero de la iglesia. Allí estará dominado. Allí nos servirá de protección. Cuando se acerquen los seres de la noche verán que tenemos uno aún más poderoso al que hemos dominado y les recordará que podemos hacer lo mismo con ellos..


Y así se hizo. 

Canecillo diabólico de San Martín de Artaiz – Navarra.

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