domingo, 30 de noviembre de 2014

DICIEMBRE: EL FIN Y EL PRINCIPIO

DICIEMBRE: EL FIN Y EL PRINCIPIO

Por Simeón Hidalgo Valencia (01-12-2014)


“… NON NOS ENGAÑEN,
PUES SE VA LA VIDA APRIESSA
COMO SUEÑO…”[1]

 

¡Qué razón tenía el gran Jorge Manrique!, pues es voz común que el tiempo, a medida que nos vamos haciendo mayores, se acelera y cada vez oímos y decimos lo de que “parece que fue ayer” cuando iniciábamos el presente año que ahora se acaba.

La verdad es que no es el tiempo lo que se va. Lo que se nos va es la vida aprisa y sentimos que llegados a un punto de la misma parece se desparrama, cual arena, entre los intersticios de los dedos de nuestras manos, hasta que cae el último grano en nuestro particular reloj  o aparece la última hoja de nuestro librillo, esa “hoja roja” anunciándonos del fin de la vida.

Así pasa con este año 2014. Hemos llegado a su final y es hora de hacer recuento minucioso y detallado con sus haberes y deberes esperando se nos conceda la oportunidad de iniciar un ciclo más en esta espiral de eterno retorno que nos brinda la Naturaleza.


Iniciamos Diciembre, el décimo mes del primitivo calendario romano, que como ahora, sigue siendo el último de cada ciclo.

En él, paradójicamente, se inicia de nuevo la vida. El sol comienza de nuevo su ciclo creciente con el solsticio de invierno y en su caminar, la vida aletargada se muestra tímidamente en pequeños brotes hasta que explote con vigor con la primavera.

Llega Diciembre, que es fin y que es principio. Por eso los nuevos y buenos propósitos. Por eso la celebración por lo que en este año hemos vivido. Por eso en los calendarios medievales, como vemos en el de la Catedral de Pamplona y en el del Valle de Izagaondoa, lo que se nos muestra es la celebración de la vida a través del banquete de fin de año.   
La mesa puesta con ricas viandas, con pan recién horneado, con el vino de la buena cosecha, con la carne del cordero sacrificado.




Que no nos engañen, pues se va la vida aprisa como un sueño… por lo que a cada momento de cada día de nuestra vida deberíamos exprimirlo al máximo, mientras vamos pasando las hojas diarias de nuestro propio almanaque, pues no sabemos cual será la última que cierre nuestro paso por este mundo.  


“Carpe diem” mientras tanto, dicho sea con el mayor, auténtico y solidario sentido humano.




[1] Coplas de D. Jorge Manrique a la muerte de su padre; estrofa XII; Año 1477  http://www.poesi.as/index1.htm

martes, 18 de noviembre de 2014

LA OTRA REALIDAD - I: EL ROSTRO DE GUERGUITIÁIN





LA OTRA REALIDAD - I: EL ROSTRO DE GUERGUITIÁIN

Por Simeón Hidalgo Valencia (18-11-2014)


El maestro Petrus dejó su firma en el centro de un capitel de la iglesia de San Martín de Guerguitiáin, en el valle de Izagaondoa, reino de Navarra, allá por los finales del siglo XII o comienzos del XIII, convirtiéndose así en uno de los rebeldes de su época, como comenté en el artículo dedicado a los maestros románicos que firmaron su obra. [1]
La enmarcó con sendos zarcillos de la vid y con zarcillos de la vid realiza este popular y sencillo rostro cuya profunda mirada hipnotiza cuando la miramos atentamente y transmite sentimientos positivos al espectador.

Está en la portada de la iglesia tallada en el capitel central derecho según miramos. Está a la altura de los ojos de las personas de aquel tiempo, que eran más bien bajas, para que la vieran sin problemas pues, como ya es conocido, las tallas de la portada tenían, y siguen teniendo, la importante labor de catequización de las gentes analfabetas que acudían a la casa de Dios. Lo que ellos entendían a nosotros se nos escapa y a pesar de nuestros estudios, carreras y másteres somos analfabetos para comprender y asimilar lo que en ellas se comunica.

En el cuento que escribí tratando de interpretar la portada de Guerguitiáin[2] comenté lo que pienso verían en ese rostro los aldeanos del lugar o los peregrinos que por allí pasaran y es el mismo maestro quien a manera de visita guiada les hace la explicación.

“De nuevo pregunta a los pequeños, en especial al grupo de antes que continúa con sus cuchicheos y risitas por lo bajo, sobre los nuevos motivos dibujados en el capitel central de la derecha. Logra captar su atención y uno de ellos, de unos 12 años, dice:
-Yo veo tres. El primero esta cara. Aquí están los ojos, que los ha hecho con los zarcillos, esta es la nariz, los bigotes y este punto es el mentón.
-¡Muy bien explicado! ¿Quién sabría decirnos a quién representa?
Un coro de voces infantiles contesta al unísono: ¡A Jesús, nuestro Señor y nuestro Salvador! De tanto escuchar la historia cuando iban a ayudar o a ver la marcha de la construcción de la iglesia, se lo han aprendido de memoria.”

Eso es lo que el maestro les dice en general, pero en particular al niño de 12 años a quien toma como aprendiz, le pone la tarea de descubrir la clave que le haga descubrir el verdadero mensaje de esta portada y que descubrirá cuando sea ya un anciano.

Lo primero que hace cuando llega por la mañana a dirigir la reparación de la iglesia, es contemplar su portada. Ahí está la cara que tiene la solución al enigma. La observa fijamente y se pregunta qué es lo que tiene que ver. A la vez, el sueño de la noche pasada le invade de paz interior e intuye que ha de salirse de lo normal y abrir la puerta al revés para poder dar con la respuesta al mandato de su maestro. ¡Qué fácil resultó en el sueño abrir la puerta! ¡Hazlo al revés! ¡Dale la vuelta a la realidad!
De repente tiene una intuición y rápidamente manda a un obrero que prepare en el suelo, allí mismo, en la explanada de la iglesia, una plancha para dibujar. A mediodía se encuentra haciendo una copia de la cara de Jesús lo más exacta y proporcionada posible.
 Cuando la termina se aparta unos pasos y la contempla en la distancia. Como la del capitel transmite paz y sosiego. Es la faz de nuestro Señor y nuestro Salvador.

 Pero la intuición anterior le lleva a rodear el dibujo y contemplarlo desde el lado opuesto. Lo que ve le deja paralizado. Un nuevo rostro, oculto hasta este momento, aparece ante sus ojos. Parece salido de la profundidad de la tierra y ser la viva imagen del diablo.


“Siente miedo ante lo desconocido, pero a la vez se acuerda del maestro Petrus y de su mirada de complicidad. Ahora la puede interpretar y se da cuenta de que sus grabados, en esta pequeña iglesia en medio de la naturaleza, tienen doble significado. Rápidamente decide destruir la plancha donde ha realizado el dibujo. Mejor que nadie lo vea y menos el monje encargado de la vida espiritual del lugar, pero no puede resistirse a releer la portada e intentar descifrar la totalidad de su mensaje.
En medio de estas reflexiones no percibe una presencia a sus espaldas.
-¡La obra de reparación parece sólida, maestro albañil! Escucha. ¡Seguro que estos muros aguantarán bien el paso de los siglos, pues lo que estás descubriendo tiene que pasar de generación en generación!
Al volverse tiene ante sí a la mujer del bosque. Lleva consigo su saco de hierbas medicinales recién cosechadas. Una diadema de flores silvestres adorna su ya blanquecina y larga cabellera. El maestro albañil intuye que ella sabe leer el mensaje de la piedra.
-Las creencias antiguas siguen vivas, pero pocos se atreven ya a celebrar sus ritos abiertamente. El maestro Petrus las conocía y a su manera las transmitió escondidas bajo la apariencia de la nueva religión. Tú has encontrado en su Dios crucificado a nuestro Dios cornudo, que ellos le dieron esa apariencia horrible y malvada y lo llamaron Diablo. Nuestra Diosa es la madre de todo lo que vemos, la Madre Tierra, la Señora de la luz...
-¿Por qué me revelas estas cosas, mujer, sabiendo que corres peligro? Le pregunta el maestro albañil.
-Porque es la Diosa la que te ha traído a la tierra de tu infancia, para cerrar tus ojos al fin de tus días y acogerte en su seno, así como te insufló la vida en el momento de tu nacimiento. Porque has sido tú el elegido para mantener en pie estos muros donde se resume grabada nuestra fe. Porque no has olvidado el mandato de tu maestro y sigues buscando la verdad labrada en estas piedras, sólo reconocible por los seguidores de las creencias antiguas.”

Otra realidad se percibe en una imagen aparentemente simple y popular, que ahora denominamos “Inversión Perceptual” y de la que muchos ejemplos podemos poner. Pensamos que es algo moderno, pero ya en los finales del siglo XII o en los comienzos del XIII el maestro Petrus lo usó en su obra para que el discípulo o persona inquieta y rebelde como él, vea más allá de lo aparente y ejercite mente y espíritu cruzando la frontera de dogmas e imposiciones.


¿Quién no conoce este dibujo de W. E. Hill realizado en 1915 en el que dos realidades opuestas conviven?

Mirar y observar la realidad en profundidad, no sólo verla, nos hará estudiar los matices de las formas hasta dar con la otra verdad, con el otro mensaje que aquí se esconde.

¿Qué ves en este dibujo?

 ¿Dónde está su abuela?

Pues también en el rostro de Guerguitiáin están presentes dos realidades.


Personalmente las he plasmado en la siguiente composición del cuadro que para el Petrus Museum he realizado. Es un único rostro, pero lo he invertido como antes para poder ver dos realidades distintas, aunque bien pensado quizás sea la misma que evoluciona a lo largo de los tiempos.





[2] SIMEÓN HIDALGO VALENCIA; El mensaje en piedra del maestro Petrus; 2012.

viernes, 14 de noviembre de 2014

EL PETRUS MUSEUM SIGUE PARA ADELANTE - XI

EL PETRUS MUSEUM SIGUE PARA ADELANTE – XI

Por Simeón Hidalgo Valencia (14-11-2014) 


Desde que el día 7 de Diciembre de 2011 escribí un artículo titulado “Visita a Guerguitiáin”[1], en el que comunicaba a mis lectores la idea de poner en marcha un museo donde se diera a conocer la figura del maestro Petrus de Guerguitiáin y su escuela medieval de canteros en el que se mostraría un resumen del trabajo realizado por este cantero y por su escuela en Navarra, han pasado prácticamente tres años.

Ese día soleado de Diciembre, además de descubrir al caballero de Guerguitiáin en uno de sus capiteles, salvajemente deteriorado, empuñando la espada con sendas manos, se comenzó el trabajo de copia y reproducción del primer capitel con destino al PETRUS MUSEUM y hoy es el día en el que anuncio, por fin, a mis seguidores y a los estamentos responsables de la cultura a todos los niveles, que la tarea de reproducción de sendos capiteles de cada una de las iglesias petrinas ya está terminada, siempre y cuando no se descubra alguna más con el tiempo.

Por aquél entonces ni tan siquiera estaba rehabilitada la iglesia de San Martín de Guerguitiáin. Sería en Abril de 2012 cuando comenzarían las obras de restauración. También por aquel entonces personalmente soñaba en que esta fuera la sede del museo, pero las circunstancias y el curso de los acontecimientos lo han llevado por otro camino, pero sin salirse del valle en que el maestro Petrus quiso darse a conocer.

Siempre he deseado que el museo se quedara aquí, en Izagaondoa, para que sea un recurso que potencie el desarrollo social, económico y turístico de esta tierra tan desconocida y tan deprimida de Navarra, aunque a lo largo de estos últimos años algo más se lo conoce y muchos más se acercan a visitar sus joyas medievales que enriquecen su patrimonio, gracias a la labor emprendida por la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa, de la que soy uno de sus socios fundadores, a través de sus visitas guiadas, sus investigaciones, sus publicaciones, sus charlas y talleres o su presencia en ferias, recorriendo, como Petrus, la comarca de Izaga sin ningún ánimo de lucro y sin ninguna ayuda oficial, salvo sus propios medios y su mucha voluntad en trabajar por nuestra comarca..

A pesar de no tener entonces dónde ubicarlo, seguí adelante con mi idea, que en su momento fue asumida por dicha asociación en asamblea, para la que gustosamente trabajo en la medida de mis posibilidades y por medio de ella para el Valle de Izagaondoa sin ninguna apetencia personal.

A punto de cumplirse los tres años, como digo, hoy es el día en que hasta tenemos una sede para el museo. La Casa Zandueta de Lizarraga que a su vez ella misma es un museo, con su horno de pan, su bodega,… cedida por la Asociación Aspace a la nuestra para desarrollar en ella nuestras inquietudes culturales.

La zona de las antiguas cuadras se reconvertirán en el PETRUS MUSEUM cuya base serán los 13 capiteles petrus reproducidos, amen de otras piezas de piedra: cruces, estelas, ventanales, piezas etnográficas, adquiridas unas, prestadas o donadas por sus dueños otras y todo lo que los vecinos tengan a bien donar o prestar.

Todo proyecto, toda empresa, para llegar a verlo realizado requiere siempre un primer paso y mucha voluntad y constancia para realizarlo. Hoy os muestro, sin más demora, los capiteles duodécimo y décimo tercero de la colección.


CAPITEL DE MONREAL:


Este capitel hace el número XII y está fuera de contexto en la iglesia parroquial de Monreal. Aquí lo vemos en la primera composición fotográfica reproducido en la que fue su posición original, pero actualmente, como se puede apreciar, está invertido y junto a otro compañero hace de base a la pila benditera colocada a la entrada de la iglesia.

Sigue el estilo de la portada de la iglesia de Sangáriz, que hoy día hace de acceso a la iglesia de San Martín de Tours en la villa de San Martín de Unx, por lo que posiblemente sería uno de los capiteles que remataban las medias columnas adosadas a los muros norte  y sur.

Es el estilo Petrus, pero ya evolucionado, como en la iglesia de San Esteban de Eusa, aunque conserva el espíritu y motivos vistos por ejemplo en Guerguitiáin.

Los zarcillos de la vid enmarcan a una espiga de trigo más realista y finamente labrada, por lo que el simbolismo eucarístico cristiano se mantiene haciendo relación al pan, cuerpo de Cristo.

La copia de este capitel la ha realizado el cantero Joseba Lekuona y como en los anteriores demuestra su profesionalidad captando no sólo la forma externa de la pieza, sino, diría yo, el espíritu que impulsó al maestro original allá por los comienzos del siglo XIII.

Hay que comentar que entre todos los capiteles reproducidos es el de mayor tamaño. No tenemos fotos del conjunto de la iglesia de Sangaríz, que es de donde parecen provenir estos grandes capiteles que estaban colocados en el interior de la misma, pues antes de 1977 había desaparecido y sus restos, los más afortunados, se distribuyeron por otros lugares, como es el caso de la puerta, ya mencionada.

Joseba Lekuona posa junto al último de los capiteles realizados por él.


CAPITEL DE ZOLINA:


Este capitel hace el número XIII de los reproducidos para el PETRUS MUSEUM aunque en su conjunto no tiene las características del maestro Petrus, pero se ha optado por reproducirlo por el rico contenido de sus tallas.


Los seguidores del blog de mi amigo y compañero de asociación Mikel Zuza Viniegra recordarán a esta pareja de amantes y sus aventuras como protagonistas de una de sus Crónicas irReales de Navarra [2], en la que intervienen la princesa Constanza, un amante aragonés rescatado de su zahúrda prisión del palacio de Zolina y el rey fuerte Sancho, su hermano.

En la torre de la iglesia están en abrazo amoroso desde hace siglos con el amparo del sello real.


Como el relato de Mikel es mucho más sugerente que lo que pueda yo decir de esta magnífica obra, dejo aquí el tema, recomendando su lectura.

Sólo agradecer a Ramón Górriz su contribución desinteresada para el PETRUS MUSEUM a través de esta nueva pieza interpretada a su estilo con minuciosa delicadeza.

Ya presenté en su momento otro trabajo suyo en el que se reproducía uno de los capiteles exteriores de la portada de la ermita de Santa María de Badostáin.

Gracias Ramón por tu esfuerzo y empeño, así como por tus otras donaciones.

lunes, 10 de noviembre de 2014

“EN LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LAS CLAVES DE IZAGAONDOA”

Por Simeón Hidalgo Valencia (10 – 11 - 2014)


 (Atendiendo a la solicitud de subir a la red los discursos realizados en el acto de la presentación del libro "Las claves de Izagaondoa", aquí os dejo estas palabras para vuestra consideración)


PALABRAS DE FERNANDO HUALDE

Buenas tardes:

Me hubiera gustado acompañar esta tarde a Simeón en la presentación de este libro, acompañarle en este feliz alumbramiento, pero mis obligaciones laborales me lo impiden. Se me pide que, al menos, escriba unas líneas, que hago con gusto, pues bien lo merece este amigo.

Seguramente que, viendo aquí en la presidencia del acto a Simeón, estáis pensando que es hoy un día importante para él. Y sí que lo es. Cada libro que se saca es algo importante, en este caso por lo que significa y aporta. Pero lo que realmente hay que tener en cuenta es que la importancia de este día, la importancia de este momento, la importancia de lo que aquí se presenta, es para vosotros, es importante para este valle.

Hace tan solo unos pocos años no existía sobre Izagaondoa ningún libro, ningún trabajo de investigación publicado… como si Izagaondoa, tan rico en patrimonio, no tuviese quien le llorase.
Y sin embargo, afortunadamente, en estos últimos años, entre unos y otros hemos sido capaces de darle la vuelta a la tortilla, hemos sido capaces de sacarlo del olvido, de desenterrar esa historia y esas raíces para exponerlas a la vista de quienes sois el último eslabón de esa cadena.

Debéis de estar orgullosos de esta historia, que es la vuestra.
Debéis estar orgullosos de este patrimonio, excepcional, del que vivís rodeados.
Y debéis estar orgullosos, ¡muy orgullosos!, de esta reacción de la que sois protagonistas estos años, y que ha permitido dar a conocer este patrimonio, que ha permitido reconstruir y restaurar elementos arquitectónicos, que ha permitido salvaguardar el patrimonio oral e inmaterial, y que ha hecho posible que de Izagaondoa se hable con admiración y con respeto.

Os felicito por todo ello. Y de manera muy especial dirijo esta felicitación a Simeón, incansable, incombustible… y además con las ideas y los objetivos muy claros.

Me gusta hablar con claridad, y voy a deciros algo que Simeón nunca se atrevería a deciros, pues peca de prudente. ¡Mirad!. Yo estoy convencido que alguno de vosotros se habrá echado las manos a la cabeza al saber el precio del libro. A algunos les va a doler el bolsillo. ¿Es caro?.

Nos empeñamos muchas veces en valorar las cosas en función de su valor material. Yo os pediría que seáis capaces de ver más allá del objeto en sí, que valoréis lo que estas páginas salvaguardan, que pongáis precio a los cientos y cientos de horas de investigación, esfuerzo y sacrificio que han sido necesarias para escribir todo esto. Poned también precio a la repercusión que todo este trabajo ha tenido en beneficio del patrimonio del valle. Deteneos un instante a valorar y cuantificar económicamente todo esto. Si así lo hacéis, inmediatamente vais a llegar a la conclusión de que pagar 50 euros a cambio de que alguien dedique una parte importante de su vida, y de su salud

…a arrebatarle al olvido vuestra memoria como colectivo humano y vecinal,

…a hacer posible que vuestras raíces no mueran, y con ellas toda vuestra trayectoria humana familiar, es decir, la de vuestros padres, abuelos… y cuantas generaciones os han precedido, de quienes vosotros sois sangre de aquella sangre,

….a exaltar el valor de todos esos elementos patrimoniales que a diario nos rodean…

¿Y todo ello por tan solo 50 euros?, ¿realmente a alguno le parece que va a pagar mucho?

Simeón… gracias por todo tu trabajo, por tu esfuerzo, por tu tiempo. Gracias por estas páginas. Y enhorabuena anticipada por este seguro éxito editorial.  



PALABRAS DEL AUTOR (Simeón Hidalgo) 

Muy buenas tardes a todos los presentes y muchas gracias, Fernando, por estas tus  palabras.

La verdad que es para mí un día importante, porque importante es para este nuestro valle que se hable de él, se escriba sobre él, se investigue sobre él, para sacarlo del olvido al que ha estado sometido a pesar de su riqueza patrimonial y de sus muchas posibilidades.

No he nacido en el valle, es verdad, pero lo llevo en mi corazón desde que lo conocí allá por los años ochenta del pasado siglo cuando acudía, como otros muchos montañeros hacen hoy, para practicar uno de mis deportes favoritos y subir a la Peña de Izaga por Ardanaz. Desde entonces me quedé prendado de su belleza, de su silencio y de su paz.

Cuando a comienzos de los noventa vi un anuncio en el periódico anunciando que la Diócesis de Pamplona subastaba la abadía de Reta no me lo pensé dos veces y presenté mi oferta económica y la gané.

Unos cuantos años estuve en Reta pero por circunstancias de la vida hube de desprenderme de la abadía.

Añoraba el valle y de vez en cuando volvía por unas horas como montañero, como aficionado al arte que aquí se muestra o como investigador tras las huellas de los canteros medievales.

Pensaba que mis encuentros con el valle serían sólo esporádicos pero, también por circunstancias de la vida, un revés serio en mi salud, me facilitó y propició el reencuentro con este valle de Izagaondoa debido a la acogida de mis familiares a los que públicamente doy las gracias. Gracias Fe, gracias Patxi por vuestras atenciones.
Y así es como, desde hace 7 años, me veis los fines de semana de aquí para allá tratando de descubrir los tesoros ocultos del patrimonio del valle y de la comarca.

Empecé a colaborar y a poner de mi parte lo que podía y se me pedía, desinteresadamente, sin ánimo de lucro, pues dentro del infortunio tenía mi pensión asegurada y así fui uno más entre los que han puesto su granito de arena en la recuperación del patrimonio del valle y en 2010, como Grupo Cultural, emprendí, junto a Reyes, la tarea de abrir las puertas del valle a todo aquel que quisiera conocer sus riquezas culturales y organizamos una serie de visitas guiadas para mostrar Las Fuentes y Aljibes Medievales, las Pinturas Góticas de Ardanaz, Los Robles Centenarios de Lizarraga y La ruinosa iglesia de Guerguitiáin… Todo ello en la Semana Santa de ese año de 2010.

Nos encontramos entonces con la extrañeza de la mayoría de los vecinos que vieron, de golpe, que la paz y la rutina a la que estaban acostumbrados de alguna manera se trastocaba por gentes venidas de fuera para recorrer las calles de sus pueblos y admirarse de sus casonas, de sus fuentes, de sus iglesias románicas, de sus escudos, de su paisaje…

Comenzamos esta movida, como digo, dos personas, a las que poco a poco se fueron uniendo colaboradores y simpatizantes, aunque no faltaba quien nos seguía mirando con cierto recelo, pero nuestro objetivo estaba ya desde entonces muy claro: TRABAJAR ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE POR DAR A CONOCER LA RIQUEZA PATRIMONIAL DEL VALLE, AL MARGEN DE IDEAS POLÍTICAS O RELIGIOSAS.

Mis sensaciones fueron experimentando cada vez mayor acogida entre los vecinos, que se vio demostrada en la gran participación vecinal que hubo en la Exposición Etnográfica del Valle de Izagaondoa montada en la iglesia de Iriso, con el visto bueno de la Diócesis de Pamplona quien nos cedió durante seis meses la iglesia al Grupo Cultural que ya había crecido. Con ella, más de uno y más de una, pudo comprobar que nuestro objetivo era el servir al valle, dando a conocer su riqueza patrimonial. Sin más.

Después, en 2012, nos convertimos en Asociación y 13 fueron las firmas que se estamparon en el acta fundacional y el Valle de Izagaondoa saltaba las cumbres que le rodean y llegaba al resto de Navarra y Comunidades vecinas y nuevos socios se agregaron al ver lo que estábamos haciendo y se apuntaron a nuestras visitas y actividades y fruto de ellas es que hoy la Asociación Grupo Valle de Izagaondoa cuenta con 34 miembros. ¡Ah! Y hasta alguna familia nueva decidió venir a vivir al valle gracias a la labor cultural que se estaba realizando. Me consta, porque así me lo dijeron.

Nuestros objetivos son sólo dos y muy claros:

1º Promocionar y difundir el patrimonio cultural de la comarca de Izagaondoa, de cara a su consolidación, rehabilitación y puesta en valor, como uno de los puntos básicos para su desarrollo.

2º Desarrollar y fomentar la actividad turística de la comarca de Izagaondoa.

… y en estos objetivos trabajamos con los brazos abiertos a todo aquel que quiera acompañarnos para trabajar a favor del bien común del valle.

Primero hago la llamada a los que hoy estáis aquí presentes. Si lo estáis es, creo, porque lleváis a Izagaondoa en vuestro corazón y os interesa que se hable de él para bien, que se escriba sobre su historia y su patrimonio, que se le tenga en cuenta en el resto de Navarra, porque en el fondo os daría pena que en 20 o 30 años, como me comentaba alguien hace unos días, pasara a manos de cuatro terratenientes y los pueblos, como ahora vemos en Guerguitiáin, Mendinueta, Beróiz, Urbicáin o con el desaparecido Izánoz y otros más, se quedaran vacíos y sus casas postradas en la ruina.

En segundo lugar también hago la llamada a los que, como yo, no han nacido en el valle, pero como a mí, les enamoró a primera vista.

Entre todos podemos aún evitar que desaparezca haciendo que el patrimonio que se ha heredado se convierta en el motor del propio desarrollo del valle.

Cada uno de los socios colaboramos con lo que queremos, sabemos y podemos, partiendo de la cuota actual de 20 euros anuales, pero en nuestras filas hay quien investiga, quien escribe, quien da charlas, quien monta exposiciones y museos, quien se encarga de aperitivos, dirige visitas guiadas, acude a los auzolanes, etc, etc…pues cada uno pone sus cualidades y conocimientos al servicio de la asociación y ésta al servicio del valle de Izagaondoa.

Y en esta filosofía y manera de ver la cuestión nace el libro que hoy os presento. “Las Claves de Izagaondoa”.

Esta nueva criatura ha llevado una larga gestación de muchas horas, como ha comentado Fernando. Horas mías y horas de reflexión, trabajo e investigación de otros colaboradores, pues yo solo no habría podido realizarlo. Aunque personalmente lo firme, reconozco que otros más han colaborado.

Desde quien me lleva y me trae por caminos pedregosos y empinados (Gracias Salvador), hasta quien me ha contado parte de la historia del valle a través de la experiencia de sus años, algunos como los recordados Ildefonso y Fermín ya nos han dejado. Gracias por lo que me contasteis y que Dios os tenga en su gloria. (Gracias Domingo, gracias José Mari, gracias Lourdes y Felipe, gracias Esther y Paulino, gracias Jesús, gracias Nieves y Baldo, gracias Carmen, gracias Manuel)  Otros más me han abierto sus casas y han aportado datos y escritos, (gracias Félix, gracias Fermín, gracias Antonio, gracias Mikel, gracias Carmen, gracias Vicenta, gracias Irene, gracias Basilio, gracias Camino, gracias Valeri, gracias Fernando) Otros, todavía estudiantes, me ayudaron también. (Gracias Damián, gracias Pablo) y entre todos, es de justicia, he de nombrar a mi compañero de Asociación y amigo Xabier Ituláin, que ya sé que no le gustará que le nombre en este momento, pero he de decir que este libro es en gran parte suyo, pues su dominio de los archivos  y su intensa investigación y su generosidad en compartir lo conseguido ha sido básico  para que nazca esta criatura.

Y hablando de la criatura deciros que recorre pueblo a pueblo todos los del valle y en cada uno de ellos se detiene mostrando, artículo tras artículo, (ya sean ermitas, puentes, fuentes, pilas bautismales, mapas antiguos, portadas de iglesias, fiestas, estelas, torres, escudos, relojes, algún coro olvidado, molinos, crucificados y romerías). Las joyas patrimoniales de Izagaondoa. Esas joyas que hemos de conocer para que así no se pierdan, para que las valoremos, para que las demos a conocer a los de fuera, para que sean motor del propio desarrollo del valle y para que los niños y jóvenes, los pocos que juegan ya en estos pueblos, lo hereden, lo amen y lo lancen, mejorado, hacia el futuro.

Hablaba Fernando en sus palabras del precio del libro. Para mí tiene mucho valor, por las mismas razones que él ha expuesto y que para que las meditéis se os repartirán sus palabras después, pero algún precio hay que ponerle pensando no en mi propio beneficio, porque no lo voy a disfrutar yo pues, fiel a mi criterio, trabajo para la asociación y ésta para el valle de Izagaondoa y como no estamos muy boyantes desde el punto de vista económico para hacer todo lo que hemos emprendido, como es ahora la creación del Museo dedicado a la figura del maestro Petrus de Guerguitiáin en la Casa Zandueta de Lizarraga, es por lo que los beneficios que reporte la venta de los 100 ejemplares que he sacado, los donaré, cual mecenas, al proyecto del PETRUS MUSEUM, invitando también a todos los presentes a que seáis generosos en la adquisición de algún ejemplar y contribuir así a que en el valle se pueda montar este proyecto cultural que repercutirá, sin duda, en el crecimiento y desarrollo cultural, económico y social de este querido valle de Izagaondoa.

Es clave no dejarlo que muera y ojala dentro de 20 o 30 años haya crecido en habitantes, sea conocido fuera de sus fronteras y acudan a él los turistas ansiosos de ver y valorar lo que aquí les espera.

Personalmente me doy por satisfecho si es que este libro os anima a plantearos  vuestra propia colaboración. Por ello junto a las palabras de Fernando Hualde se os adjunta una más por si queréis colaborar como socios y uniros a esta empresa cultural.

Muchas gracias a todos y como sé que ya más de uno ha tenido la ocasión de leerlo y para hacer más participativo este acto, os invito a que deis vuestra opinión y contéis a los demás vuestra propia reflexión.

¿Alguno se anima?

Muchas Gracias. 



P.D. Después de la presentación y de las Ferias de San Martín en el denominado por nuestros mayores Urroz de Izagaondoa, quedan unos pocos ejemplares disponibles. Si estás interesado en adquirirlo, sobre todo si eres del valle o quieres regalárselo a alguien nacido en él, puedes llamar al 659303994 y quedamos. El precio es de 50 euros, pero por lo que me ha llegado, no porque yo lo diga, el trabajo lo merece. Además los beneficios se destinan a una buena causa.


sábado, 1 de noviembre de 2014

NOVIEMBRE: EL MATATXERRI

NOVIEMBRE: EL MATATXERRI

Por Simeón Hidalgo Valencia (01-11-2014)

Comenzamos hoy el mes de Noviembre, que etimológicamente hace relación al número nueve, pues era el noveno mes del calendario primitivo de Roma, que era de diez meses. Ya hablé de él en el año 2011 y documentaba dos de las características de este mes con sendas imágenes de la exposición etnográfica que ese año montamos con mucha ilusión y con gran éxito, cuando éramos “Grupo Cultural” [1].

Hoy me voy a detener en la faena que los calendarios o almanaques medievales representaban en este mes en relación a la vida de entonces. La matanza del “txerri” o del cerdo, que en previsión del cercano invierno y con el fin de tener las despensas llenas y alimento variado en caso de quedarse bloqueado por las intensas nevadas que entonces había, se hacía en este mes, teniendo como referencia a uno de los santos más populares: San Martín de Tours, cuya festividad es el 11 de Noviembre.


“A todo cerdo le llega su San Martín” se decía y se sigue diciendo y todavía en algunos lugares del valle de Izagaondoa se sigue haciendo la matanza del cuto a la manera tradicional, aunque para evitar que sufra en demasía se apliquen métodos actuales.

Si nos fijamos en los dos calendarios que se conservan en Navarra, el de Ardanaz de Izagaondoa y el del claustro de la Catedral de Pamplona veremos que no era el cuchillo lo que se empleaba para matarlo.

En el calendario de Ardanaz parece un palo o garrote, aunque la pintura no está completa, pero esta laguna nos la colma el más moderno y de mayor categoría de la catedral pamplonesa. El instrumento que se empleaba para matar al “txerri” era un hacha como muy bien se distingue en el de la clave del claustro catedralicio. El matarife asesta un fuerte golpe en la cabeza del cerdo con el contrafilo del hacha, lo que le deja sin sentido. En este estado se lo sangraba.

La faena de la matanza del cuto ha estado vigente hasta fechas bastante recientes en nuestros pueblos y era todo un rito la matanza; el recoger la sangre en el caldero revolviéndola para evitar que cuajara; el chamuscado empleando como material combustible fuera la paja, los helechos o las oyagas; la extracción de las vísceras;  la minuciosa limpieza de las tripas en un “aska” concreto del pueblo usado “ex profeso” para este menester como se hacía en Idoate, que se empleaban para hacer luego los embutidos de todo tipo: chorizo, morcilla, mondongo, “txistorra”, salchichón, “birica” [2],… y seguir con el despiece del resto, preparando los lomos que una vez partidos en ruedas se pasaban por la sartén y se guardaban dentro de una tinaja llena de aceite para su conservación, sin olvidarnos de introducir en sal los deliciosos jamones, o la cabeza y patas del animal.

Desde el morro hasta el rabo del cerdo se aprovecha todo, se dice normalmente. Así es, pues nada se desperdicia.

Me cuentan que, en Idoate, para reponer fuerzas a mitad de la faena se servía un “amarretako” consistente en pimientos escabechados y sardinas viejas con aceite y ajo y que por la noche, para cenar, la “etxekoandre” preparaba las “txaltxitxas”- así decía mi abuela- que “se hacían con magro de cerdo partido en trozos muy pequeños y que se freían con ajo y aceite hasta que quedasen bien friticos”.

En Noviembre esta era la tarea principal en las casas y en los campos se terminaba la siembra y se recogían los últimos frutos, pues el paso de las grullas en busca de mejores climas anunciaba, como hoy en día, la llegada de los fríos invernales y si los silos, desvanes, pajares, graneros y despensas no estaban colmadas, la escasez de alimentos podía poner en peligro la vida tanto de los habitantes de la casa como de sus animales a poco que se alargara unos días los fríos de Febrero, como revela el dicho popular que me contaba D. Paulino de Lizarraga hace unos años cuando le entrevisté junto a la Sra. Esther, su mujer.

“-¿Sabéis algún dicho o refrán de la zona?

P.- Yo sé aquel del pastor que a finales de Febrero exclamó:

“Febrero, Febreruelo
ya no te tienen miedo
mis corderuelos”.

Y el tiempo le contestó:

“Con tres días que me quedan
y los que me da mi hermano Marzo
te dejo, pastor incauto,
con el palo bajo el brazo”.

De ahí la importancia de aprovisionar abundantes alimentos, dado que el tiempo podía jugar malas pasadas y mermar en un plis-plás la economía de los hogares.

A continuación algunas escenas de la matanza en casa Hirigoyen o Irigoiengoa, Pancho o El Americano, en Idoate.