miércoles, 1 de octubre de 2014

OCTUBRE: TIEMPO DE SEMENTERA


OCTUBRE: TIEMPO DE SEMENTERA  

Por Simeón Hidalgo Valencia (01-10-2014)
 

Sin darnos cuenta ya hemos llegado al inicio del último trimestre del año. Octubre llama a nuestras puertas y reclama lo suyo. Lo suyo es la vuelta a la rutina de siempre pues las vacaciones definitivamente se han acabado, ha empezado el cole y el trabajo y para los hombres del campo vuelve la rueda a su inicio. 

Octubre es, desde siempre, mes de sementera, con todo lo que ello significa. Físicamente la tierra está preparada de nuevo para recibir la semilla que dará fruto en el  verano siguiente. Con tiempo se prepara la cosecha. Como con tiempo hay que preparar todas las actividades de la vida. Sólo lo que se prepara a conciencia, se cuida y se riega adecuadamente, germinará y dará fruto. 

Pero Octubre es tiempo a su vez de recoger los frutos del campo. Tiempo de hongos y setas, de castañas y manzanas, de pimientos y alubia pocha, de… 

Los primeros fríos aparecen después del veranillo de San Miguel y el colorido de los árboles declina en tonos rojizos y ocres camino de la propia desnudez, que pone ante nuestros ojos la propia decadencia de la vida. De ella sólo nos llevaremos los frutos producidos por la buena semilla que hayamos sembrado y cuidado día a día. 

El labrador medieval abría surcos en la tierra con esfuerzo y depositaba el grano en el seno de la tierra. Es la tarea de Octubre: sembrar. Así se muestra en el calendario del claustro de la catedral de Pamplona y en el de Izagaondoa, aunque, éste, esté más estropeado. 

Sembremos, pues, lo mejor de nosotros mismos con paciencia, con ilusión, con constancia, con optimismo. Reguemos, escardemos, podemos, y en algún momento veremos los frutos de nuestro esfuerzo, porque si se quiere lograr algo… hay que currárselo.

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